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Badenes: «La Comunitat Valenciana produce el 90% de la producción de kaki en España»

La evolución de la producción del kaki, su impacto en los mercados mundiales y sus formas más ecológicas de producción fueron los ejes sobre los que giró el  VI Simposio Internacional de Persimón celebrado esta semana en la sede de la Fundación Universidad-Empresa ADEIT. Uno de los principales motivos por los que la capital del Turia ha sido la elegida es por el papel que juega dentro de este sector. «El crecimiento del kaki en este país ha sido enorme en estos últimos diez años y sobre todo debido al incremento de la variedad valenciana, Rojo Brillante. La Comunitat Valenciana produce el 90% de la producción de kaki de España», señala María Luisa Badenes, directora de este simposio.

Asimismo, España se ha convertido en el tercer productor del mundo por detrás de China y Corea, pasando por delante de otros países productores más tradicionales como Japón o Italia. «Este tercer puesto se debe fundamentalmente a la variedad valenciana. Antes era muy blanda cuando maduraba y perdía la astringencia pero ahora somos capaces de eliminarla y mantener el fruto duro», explica Badenes. De esta manera, se puede comercializar y así es como está llegando a todos los países del hemisferio norte, además de intentar entrar en los mercados asiáticos. «Con la producción que tenemos podemos llenar los mercados de Estados Unidos, Canadá y Escandinavia»,  indica la directora.

La producción ha aumentado y los así lo demuestran: de 12 mil millones de kakis que se producían en 1995, la cifra ahora se sitúa en 300 mil millones. «Ocurrió en la Comunitat, en una zona dotada con un suelo y un agua evidentemente buenos y un clima favorable», explica Cirilo Arnandis, Presidente de la Denominación de Origen Ribera del Xúquer. Igualmente, España se ha hecho con el primer puesto en la exportación de esta fruta y ha aumentado su producción en un 10% en la Unión Europea.

Conseguir mayor conexión con el tejido empresarial
Tal y como indican desde la organización de este simposio internacional, que se celebra cada cuatro años y está promovido por la Sociedad Internacional de Ciencias Hortícolas, el objetivo de este encuentro es la creación de un foro de intercambio de información entre los asistentes para conseguir una mayor conexión con el tejido empresarial. El evento también contó con conferencias por parte de profesionales relacionados con el campo de la agricultura como son Edgardo Giordani, profesor de la Universidad de Florencia y experto en Ciencias Agrícolas, Ryutaro Tao, profesor de la Universidad de Kyoto y experto en Horticultura, Diego Intringiolo, ingeniero agrónomo y científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Antonio Vicent, del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y Carlos Crisosto, del Kearney Agricultural Research and Extension Center de la Universidad de California.

La producción de kakis ha aumentado desde 1995 de 12 mil millones a 300 mil millones
El perfil de los asistentes fue en un 80 por cien personal científico e investigador de distintas instituciones del mundo que trabajan con esta fruta en aspectos que van desde la mejora, pasando por la genética, el manejo del cultivo, la fertilización hasta el riego y postcosecha. El 20 por cien restantes han sido técnicos, de empresas y de cooperativas. Todos ellos provenían de China, Japón, Corea, Australia, Nueva Zelanda, Brasil, Estados Unidos y del Mediterráneo España, Portugal y Turquia, países donde hay cultivo de kaki.

Técnicas de agricultura sostenible para acabar con las plagas y enfermedades
El personal científico también abordó el tema de las plagas y enfermedades en las frutas.  «Hasta hace poco se podía cultivar de forma ecológica porque el kaki no sufría patologías. Sin embargo, al aumentar la densidad de cultivo, fueron apareciendo. Es así como los departamentos de entomología y patología pusieron en marcha técnicas de agricultura sostenible, es decir, lucha con enemigos naturales de cara a las plagas y optimización de los  momentos de tratamiento con plaguicidas para que éstos sean los mínimos posible y los más eficaces», apunta la directora. El manejo del agua también juega un papel importante en el proceso de cultivo. Badenes aclara que «nos encontramos en una zona de déficit hídrico» por lo que se está haciendo una labor importante de pedagogía por parte de los agricultores –no solo con el tema del uso del agua sino también con la calidad de las mismas-.

En cuanto a la posibilidad del cultivo de nuevas variedades de kaki que puedan ser una alternativa o un complemento al Rojo brillante, Badenes subraya: «Vamos a tener siempre los mismos postulados de sostenibilidad, es decir, diversidades con una gran calidad pero que no necesiten un cultivo específico que aumente los gastos o la presión sobre el medio ambiente».

Noticia publicada: 19/10/16