¿Cómo influyen las competencias profesionales en la trayectoria laboral? ¿Qué nivel de competencias tiene la población adulta española? ¿Qué repercusiones tiene en el tejido productivo? Estas cuestiones han sido analizadas en profundidad en ADEIT a la luz de los resultados obtenidos en el Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de la Población Adulta (PIAAC) en un seminario organizado por el Instituto Valenciano de Estudios Económicos (Ivie) y la Fundación BBVA. Durante el seminario se analizaron las competencias de la población española y su influencia en la ocupación y la productividad.
Este estudio, impulsado por la OCDE, es el primero desarrollado a la vez en 24 países, entre ellos España, que compara los conocimientos, habilidades y destrezas de la población adulta.
Los resultados obtenidos no son favorables para España. La población adulta española se sitúa a la cola en comprensión lectora y matemáticas. Los 252 y 256 puntos, respectivamente, alcanzados por España en dichas competencias se sitúan muy por debajo de la media de los países participantes en la OCDE. «Los resultados también están muy relacionados con los obtenidos en los estudios PISA, centrados en los jóvenes de 15 años. Los países que quedaron retrasados en PISA 2000 también han ocupado en PIAAC los últimos puestos”, señalaba Ismael Sanz, director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE).
Las competencias de la población, clave en el desarrollo del tejido productivo
Estos resultados son preocupantes si se tiene en cuenta que el nivel de competencias de la población influye en las capacidades que puede utilizar el tejido productivo de un país. Como apuntaba el profesor Lorenzo Serrano, investigador del Ivie y profesor de la Universitat de València: «La evidencia empírica confirma la importancia para el crecimiento del conjunto de conocimientos, habilidades y competencias adquiridas con la educación. Mayores niveles de competencias conllevan mayor participación en el mercado de trabajo, acceso a mayores salarios, menos problemas de desempleo y mayor productividad».
Otro de los datos más significativos es el relativo a las competencias de los empresarios españoles. Los investigadores del estudio apuntan que, en general, los emprendedores presentan niveles competenciales insuficientes para evaluar los riesgos y problemas asociados a su actividad. Siendo mayores estas carencias entre los autónomos, consideran fundamental mejorar la formación de los nuevos emprendedores y tener presente este problema en los programas de promoción del autoempleo.
Noticia publicada: 19/12/2013
