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Las experiencias de los primeros años de vida, fundamentales para el desarrollo infantil

La evolución biológica, psicológica y social son las bases sobre las que se sustenta el desarrollo infantil. Es por ello por lo que los primeros años de vida son una etapa «crítica», pues en ella se configuran, además de los aspectos propios de la madurez biológica, las habilidades motrices perceptivas, lingüísticas, cognitivas y sociales que permiten al niño o niña la interacción con el medio. Así lo constatan los directores del Máster Propio en Desarrollo Infantil y Atención Temprana de la Universitat de València. 

Roberto Hernández, profesor titular del Departamento de Pediatría, Obstetrícia y Ginecología de la Universitat de València, Fernando Mulas, director de Neuropediatría en el Instituto Valenciano de Neurología Pediátrica, y María Gracia Millá, directora del Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (APADIS), han decidido impulsar la 17ª edición de este máster con el fin de contribuir a una «adecuada formación y sensibilización de los profesionales» y así completar una red de centros de atención temprana que dé cobertura a la población necesitada.

Los cuidados de la atención temprana van más allá de la rehabilitación, pues suponen también atención médica, educativa y apoyo a la familia en circunstancias especialmente críticas.
Según la Organización Mundial de la Salud, un 0,7% de la población es susceptible de recibir dichos tratamientos. Las intervenciones que se ofrecen en los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIATs) van «más allá» de la rehabilitación, pues suponen también atención médica, educativa y apoyo a la familia en circunstancias especialmente críticas como puede ser la aceptación de la discapacidad de un hijo – afirman los directores.

Los efectos positivos que esa estimulación supone en niños y niñas de edades tempranas, como son las ganancias en el dominio de la motricidad voluntaria, el rendimiento intelectual, el desarrollo del lenguaje y el manejo de las habilidades académicas y sociales, han sido «sobradamente» demostrados en numerosos estudios, según afirman Hernández, Mulas y Millá.

Acerca de la atención temprana

Las primeras experiencias en Atención Temprana, fundamentada en ciencias como la pediatría, neurología, piscología, psiquiatría o lingüística, tuvieron lugar en España en el año 1973. El Libro Blanco de la Atención Temprana define este cuidado como el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de cero a seis años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlos. Dichas intervenciones se confían a un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar y transdisciplinar.

Con este fin, el Máster Propio en Desarrollo Infantil y Atención Temprana pretende preparar al especialista mediante una revisión actualizada de las bases neurobiológicas y de los distintos factores de riesgo y mediante un análisis de las pautas diagnósticas e intervenciones psicopedagógicas específicas. De este modo, los alumnos conocerán y manejarán todos los aspectos del neurodesarrollo y la atención temprana, desde el nacimiento hasta los seis años, del mismo modo que serán formados sobre la atención a las familias desde la intervención en los entornos y contextos naturales.

Más información e inscripción en: Máster Propio en Desarrollo Infantil y Atención Temprana

Noticia publicada: 3/8/2017