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Las actividades basadas en el conocimiento resisten mejor la crisis

Según los datos del Observatorio de las Actividades Basadas en el Conocimiento-ABACO, que se han presentado hoy, la economía basada en el conocimiento resiste mejor la crisis. Prueba de ello es que las empresas están reteniendo a los factores más intensivos en conocimiento y el uso del capital humano más cualificado –el empleo de los universitarios- ha seguido creciendo durante la crisis. Además, los puestos de trabajo creados se orientan cada vez en mayor medida al empleo de técnicos y especialistas. Así, mientras la economía se ha contraído, el peso del conocimiento ha aumentado y en la actualidad las rentas pagadas a los factores basados en el conocimiento –el capital humano y la maquinaria y equipos, en particular las TIC- suponen más del 55% del PIB. Este proceso de avance del conocimiento en el tejido productivo no se ha interrumpido en España pese a la crisis, y previsiblemente se acelerará con la llegada de la recuperación, pero debería impulsarse con decisión.

Los datos del Observatorio ABACO muestran que España cuenta con capacidades basadas en el conocimiento que aún no ha explotado

Estas conclusiones se han expuesto en la presentación de ABACO (Observatorio de las Actividades Basadas en el Conocimiento) que ha tenido lugar hoy en la sede de ADEIT. Se trata de un proyecto de VLC/CAMPUS y el Ivie —en colaboración con Cotec, Fundación Telefónica y Fecyt— cuyo objetivo es identificar y evaluar la importancia que han alcanzado en España las actividades basadas en el conocimiento, además de impulsarlas, todo ello mediante la información, la reflexión y el análisis de su impacto. El proyecto contempla tanto los aspectos de las ABACO relacionados con la creación de conocimiento como con el uso productivo y social de las mismas.

Los datos muestran que el conocimiento ha sido el gran protagonista del crecimiento del PIB en la práctica totalidad de las economías avanzadas y en la actualidad representa entre las 2/3 y 3/4 partes del PIB de las mismas. Corea del Sur lidera la intensidad en el uso del conocimiento con más del 80% de su PIB basado en el conocimiento, seguida de Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos. En el otro extremo de los 18 países estudiados en el Observatorio se sitúan Australia, España y Portugal, con un peso del conocimiento inferior al 60% de su valor añadido. Las diferencias en la intensidad con que cada país usa los factores del conocimiento se explican más por los distintos pesos del conocimiento en cada sector que por la estructura sectorial de cada país. En ese sentido, la especialización de las empresas de un país en determinadas actividades de cada sector es crucial para su aprovechamiento del conocimiento, la generación de renta y la atracción y retención del talento.

Las rentas de los factores basados en el conocimiento suponen ya en España un 55% del PIB, pero superan el 75% en otras economías avanzadas

En España los activos basados en el conocimiento han ido ganando peso en el PIB –se han triplicado desde la entrada en la Unión Europea en 1986-, y en la actualidad suponen más del 55% del valor añadido. Los datos muestran que, aunque la expansión del sector de la construcción impulsó durante la última etapa expansiva el crecimiento de otros activos tradicionales, no detuvo el avance del conocimiento en los procesos productivos de la mayoría de sectores, tanto industriales como de servicios. Con todo, y pese a los sustanciales avances, aún queda mucho camino por recorrer si nos comparamos con otros países. Así, la productividad media agregada se resiente de la insuficiente utilización de los activos basados en el conocimiento y de su menor aprovechamiento, debido a la especialización de muchas empresas en actividades menos sofisticadas y escasamente generadoras de valor añadido.

Las actividades basadas en el conocimiento ya tienen una presencia significativa en la mayoría de sectores de la economía española, pero con desigual intensidad. Las actividades especializadas en la producción de capital humano (educación) y maquinaria y equipo son altamente intensivas en conocimiento, confirmando que los activos intensivos en conocimiento lo son porque incorporan elevadas dosis del mismo en sus propios procesos productivos.

La economía española cuenta con una importante oferta de conocimiento, pero suspende en su aprovechamiento productivo

Para que el uso del conocimiento avance en la economía española es clave, más que un cambio de la estructura sectorial, que tengan lugar transformaciones en la composición de cada uno de los sectores, orientándolos hacia actividades intensivas en capital humano y tecnología. Para ello se requieren esfuerzos combinados del sistema educativo –mejorando el potencial productivo del capital humano- y del tejido productivo –mejorando el aprovechamiento del mismo-, así como de las políticas públicas –favoreciendo ambos procesos-, señalan desde ABACO.

Existe pues una triple responsabilidad: la educación debe responder a las necesidades de la industria, y los empleos ofrecidos por las empresas habrían de explotar el potencial de los titulados. De no ser así no se generará valor añadido ni los salarios aumentarán. Pero, además, las políticas públicas deben impulsar las dotaciones de recursos del conocimiento disponibles y evitar la depreciación del capital humano que se derivará de las elevadas tasas de desempleo de los jóvenes altamente cualificados.

En un momento como el actual, España debería esforzarse en impulsar el uso del conocimiento que ya está disponible y no debilitar la generación del mismo, recomiendan desde ABACO.

Avance de las actividades basadas en el conocimiento
El uso de las nuevas tecnologías (TIC) se ha intensificado notablemente en España en la última década y las actividades de I+D progresaron sustancialmente hasta la llegada de la crisis. Pese a esos avances, España tiene por delante un largo recorrido para alcanzar a las economías más avanzadas en uso de las TIC y en gasto en innovación, aseguran desde ABACO.

Más información:
www.observatorioabaco.es