La escasa formación del profesorado, el fallo para detectar estudiantes con altas capacidades

La escasa de formación para detectar estudiantes con altas capacidades y la desactualización de los protocolos educativos han provocado que, a día de hoy, el sistema no esté preparado para diagnosticar, acoger y acompañar a este tipo de alumnado, tal como señala Genoveva Ramos, directora del Máster Propio de Detección, Diagnóstico e Intervención Educativa en Estudiantes de Altas Capacidades de la Universitat de València y profesora del departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la UV.

De esta manera, el profesorado, inseguro, «no suele atreverse» a dar la voz de alarma por lo que son los padres quienes comentan comportamientos «fuera de lo común» que perciben por parte de sus hijos. «Es el caso de niños de tres años que se levantan por la noche a apagar todas las luces de la casa porque son conscientes de que hay que reducir el gasto en electricidad», explica la experta.

Sin embargo, la forma de trabajar con este tipo de estudiantes hasta ahora en el aula ha sido la misma: la autonomía. Las consecuencias de esta acción, actualmente, se refleja en un alto porcentaje de fracaso escolar en personas con este perfil. Ramos explica que el sistema educativo les anima a investigar y crear proyectos aunque «no encuentran los estímulos suficientes y se aburren».

La discriminación es también una de las razones por las que las personas con altas capacidades acaban desarrollándose fuera del aula. En palabras de la experta, «son conscientes» de que en su misma clase hay personas con problemas de aprendizaje a los que sí se atiende mientras que a ellos «no les llega su turno». El individualismo se convierte entonces en su vía de escape para desarrollarse. La experta alude a los grandes genios y talentos puesto que, según Ramos, «siempre se les ha tachado de individualistas», en cambio, ahora se entiende que era la única manera de expandir su yo y su saber, explica.

La Universitat de València apuesta, un año más, por el Máster Propio de Detección, Diagnóstico e Intervención Educativa en Estudiantes de Altas Capacidades que ofrece metodologías inclusivas al profesorado para que el estudiantado, en su conjunto, se desarrolle de manera cooperativa y que la persona con altas capacidades pueda «ayudar al resto de compañeros». Mediante el máster, el profesorado aprenderá a «incluirlos» ya que «se convierten en un recurso del aula porque potencian el aprendizaje». Todo ello con el apoyo de los servicios del centro de e-learning de ADEIT.

El filón de las altas capacidades
Los centros privados y los concertados han detectado la posibilidad de negocio que existe alrededor de este tipo de personas debido al fallo del sistema educativo público. De ahí que ya existan centros de alto rendimiento en los que se trabaja con grupos de personas con altas capacidades, «nunca individualmente», destaca Ramos. Estos estudiantes realizan trabajos trasversales mediante la creación de proyectos que después comparten en otras aulas para formar al resto del alumnado. «Pero cuando te mueves por logros académicos, la posibilidad de no utilizar metodologías inclusivas es altísima», se queja la experta.

Por último, Ramos apunta, de nuevo, a la sociedad. Se entiende que la capacidad intelectual es un «elemento elitista», de ahí que la respuesta social para las personas con altas capacidades sea siempre la misma: «si necesita una educación especial que se la pague». La experta concluye: «la sociedad se está perdiendo a grandes personas solucionadoras de grandes problemas».

Más información: Máster Propio de Detección, Diagnóstico e Intervención Educativa en Estudiantes de Altas Capacidades

Noticia publicada: 10/12/2018