Conjugar finanzas y ética es posible, según los expertos que han participado en la mesa redonda organizada por la Cátedra de Finanzas Internacionales-Banco Santander sobre esta temática en la Facultat d’Economia de la Universitat de València.
Moderada por Constantino José García, director de esta cátedra y profesor del Departamento de Finanzas Empresariales, la mesa ha contado con expertos en esta temática procedentes del mundo académico, de la solidaridad y de la banca ética.
Para la profesora titular de Economía Aplicada de la UNED y socia fundadora de Economistas sin fronteras, Marta de la Cuesta, el desajuste entre economía financiera y real es el que ha llevado a las malas prácticas de los últimos años. «El problema es que la economía financiera ha estado desligada de la economía real y que se han creado una especie de instrumentos hipersofisticados que han desconectado ambos mundos», ha señalado.
Concretamente, ha apuntado a dos tipos de problemas; de regulación, por una parte, y de comportamiento por otra. Estos últimos –ha dicho- tienen que ver con el inversor y con el consumidor pero, sobre todo, con las grandes corporaciones, cuyas decisiones son las que tienen mayor impacto en la economía.
La sociedad española empieza a reaccionar ante la mala gestión financiera y el comportamiento irresponsable de la clase política, ha señalado de la Cuesta, quien ha reivindicado una inversión que no sólo tenga en cuenta criterios financieros sino también extrafinancieros, como impacto ambiental, social o buen gobierno corporativo.
Por su parte, el responsable territorial en la Comunitat Valenciana, Murcia y Baleares de Intermon Oxfam, Fernando Contreras, ha puesto el acento en la desigualdad que –ha señalado- se ha exacerbado en los últimos años. Como ejemplo, ha señalado que «85 personas en el mundo tienen la misma riqueza que la mitad de la población mundial».
Una fiscalidad más justa para acabar con la desigualdad
Ante esta realidad, el responsable de Oxfam ha reclamado una apuesta por las finanzas éticas, que incluyan no sólo la banca y la inversión sino también la ética en los impuestos. «Una de las herramientas más potentes para acabar con la desigualdad es la fiscalidad; nuestros sistemas fiscales deberían ser más progresivos y más justos», ha subrayado.
«El noventa por ciento de los impuestos recaudados en España provienen de las familias y solo un diez de las empresas y un dos de las grandes empresa», ha puntualizado. A esto se suma el fraude fiscal, que proviene en un 80 por ciento de las grandes empresas y fortunas, según ha explicado Contreras.
El responsable de Oxfam ha abogado también por el consumo responsable, dentro del que se enmarca –ha dicho- las finanzas éticas. «Es una tendencia minoritaria que debemos seguir fomentando en la ciudadanía para hacerles entender que hay prácticas cotidianas que permiten que cambie el mundo y que avance mucho más rápido de lo que nos pensamos», ha afirmado.
La perspectiva de la banca ética ha sido aportada por Juan Antonio Sanchis, director de Zona de Triodos Bank, quien ha subrayado la importancia del papel que juegan entidades como la suya. «Los bancos somos creadores de realidades sociales porque depende de donde invirtamos contribuiremos a crear un modelo social y económico u otro», ha dicho Sanchis.
La fuerza de la colectividad
El responsable de Triodos Bank ha defendido la fuerza de la colectividad y la importancia de la conciencia individual. «Todos nuestros actos tienen reflejo en los demás y nuestras acciones no son inocuas; todos somos responsables de lo que está pasando en estos momentos y no lo podemos eludir ni culpar exclusivamente al sistema», ha afirmado el responsable de Triodos Bank en la Comunitat Valenciana, quien ha detallado el crecimiento constante de esta entidad bancaria en el conjunto del país.
Sanchis ha criticado el beneficio económico como único y principal fin empresarial y ha reivindicado el cambio social a través de una inversión ética en ámbitos como el medioambiental, el social o el cultural.
Por último, Francisco Álvarez, presidente de ÉTICA Patrimonios EAFI, explicó la creación y misión de su empresa, creada hace 13 años, cuando dejó el sector bursátil, donde había trabajado en distintos cargos de responsabilidad hasta el momento.
Un único sistema de medida: el dinero
Álvarez ha criticado que el dinero sea el único sistema de medida actual: «la riqueza de un país se mide exclusivamente por el PIB; todos pensamos que un país cuyo PIB no crece es un país fracasado y una empresa que no crece es una empresa fracasada mientras que la que crece económicamente la aplaudimos, sean cuales sean sus prácticas», ha dicho.
«Estamos drogados por el dinero porque se equipara el dinero a la felicidad», ha criticado. Una medida que, paradójicamente –ha señalado- es variable. «Es como si el metro o el gramo cada día cambiasen y se pesase más o menos de un día para otro», ha dicho.
En este sentido, ha animado a ser consumidores responsables para cambiar el mundo. «Las finanzas éticas forman parte de un modelo económico que no debe estar basado sólo en el dinero sino también en el bienestar y en cuestiones sociales o medioambientales. Comprar una botellas de agua o coger un metro es también un acto económico», ha concluido.
La importancia de la educación
El director de la Cátedra de Finanzas Internacionales-Banco Santander ha cerrado el acto apuntando a la importancia de la educación en estas cuestiones. Una idea reiterada por el responsable de Oxfam, quien ha señalado que «la escuela debe educar en los valores de cooperación», y por la profesora de la UNED, quien ha afirmado que «debemos hacer autocrítica con la formación que ofrecemos desde las facultades de Economía e incluir las finanzas éticas en la formación universitaria».
Noticia publicada: 24/10/2014
